martes, 18 de diciembre de 2012

Dualidades.

Historias envueltas en Niebla Espesa.

Creo que ellos juegan a retar sus artes, juegan a ser el mejor en lo suyo, pero a la vez pretenden ser mejor que el otro.
Creo que el ego es el arbitro ciego y sin silbato en ese juego de dos.
Creo que ya no se miran a los ojos por las mañanas para no descubrir las triplementiras enquistadas en sus cristalinos color sangre.
Creo que guardaron sueños bajo la cama y se les pudrió.
Creo que por las noches no se rozan, no se huelen, se evaden para no repelerse en la cercanía monótona..
Creo que hay un llanto que los une y les ata la hipocresía, lloran también porque saben que en el mañana inexorable ésa ya no podrá ser una excusa.
Creo que el tiempo se aburrió tanto que dejó en manos de ellos el desenlace precario de una historia vuelta mierda.

Cracterístico de quien relata, imaginación perturbada, la incredulidad creyendo.

¡¡Hey!! sin juzgar, despues de todo son sus neuronas, y es lo que cree.

Despliego la cortina, corro la ventana y los veo; agitados, apresurados, dispersos, un ronronear de motor disel me distrae por un momento, las imparables cornetas y gritos comienzan a hacerme sonreír, la maldita campana de la iglesia tiene más de cinco minutos doblando y los fieles no quieren ir. Me distraigo de nuevo y me pregunto: ¿Por quién doblan las campanas? Entonces, en un minuto fugaz cesan de bailar y el mundo de los infieles se hace grande. excelso... y ahí están ellos dos, los veo.

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