Un cuento sobre el beibi chaguer... Ay no, así no se lee tan snob verdad?
Según la mitología griega, un día soleado y apacible, Alcmena se encontraba cómodamente sentada en el sillón de los Dioses, veía en su plasma celestial un llamativo infomercial donde le ofrecían invitaciones, chupeteras y recuerditos a precios insospechados, ella, absorta en la oferta, obedeció rápidamente al ¡"llame ya"! y meses después el primer Baby Shower (así sí) fue celebrado a Hércules el niño fortachón, pero como la celebración se llevó a cabo después del nacimiento, éste pudo participar en ella. Cuentan los relatores mitológicos que en un momento de euforia suprema; Hércules al darse cuenta de que disfrutaría la lactancia con teteros Tomme Tippee y Maws, abrazó todos los regalos con su descomunal fuerza y de ese modo tan inocente destruyó todo a su alrededor, acto seguido Alcmena sumida en una profunda tristeza destierra del Olimpo a los organizadores del Baby Shower y elimina la practica de ésta tildándola de pagana.
No es sino hasta 1960 que gringos millonarios, embarazados y aburridos hicieron resurgir la ya nombrada celebración, agregándole al objetivo de recibir regalos para en nuevo integrante de la familia una serie de juegos que eran igual de aburridos a ellos. Posteriormente en 1980 la clase media baja, en un intento de emular a la clase alta comienza a realizar ese tipo de celebración, dándole su propio estilo y un toque especialmente divertido.
No se tienen detalles específicos de la fecha en que comienza a celebrarse esta "fiesta" en Latinoamerica, pero lo que si es evidente es que la adquirida especialización para reproducir practicas fatuas y alienantes se ha acentuado en nuestro país, si hay dudas al respecto Hallowen puede dar fe de ello. De manera pues que no hubo perdida de tiempo en la adjudicación del Baño de Bebé, y cual profesionales en imitación ejecutamos al pie de la letra los pasos del "homenaje", es tan perfecta la imitación que ni el nombre se ha cambiado, al parecer ha sido imposible encontrar un termino en castellano que lo identifique, o ¿es que simplemente la atracción hacia gringolandia se hace irresistible y decidimos dejarlo así?
Particularmente he asistido a dos "Baby Shower" en mi vida, y lo he hecho solo porque ver el brillo en los ojos de mis amigas convirtiéndose en futuras madres no tiene precio, ver y tocar sus barrigotas, sentir las pataditas de las casi sobrinas en un regalo que quizás no merezco.
Recuerdo cuando hice del conocimiento de mi embarazo a mis amigos cercanos... ¿Que si nos reunimos? Claro que nos reunimos, ellos celebraban tomando birras mientras yo tomaba avena (por aquello de la leche materna), mientras ellos jugaban truco, yo conversaba con mis amigas sobre el terror que representaba llegar al día del parto, me imaginaba ese momento tal cual como lo había visto antes gracias a la profesión que estudiaba, y de solo pensarlo ya tenia contracciones e hiperventilaba. ¿Que si hubo regalos? Claro que los hubo, ellos tuvieron a bien regalarme oro, incienso y mirra, (Típico de mis amigos) meses después -y estoy segura de que sus regalos tuvo mucho que ver con eso- mi hijo nació hermosamente sano. Días m{ás tarde me visitaron de nuevo, ellos siguieron celebrando con birras y yo seguí tomando avena (por aquello de la leche materna).
Mas allá de mi experiencia personal con este tipo de encuentros para celebrar la llegada de una nueva vida, me pregunto: ¿Cuando fue que perdimos nuestro compromiso con las amistades verdaderas? ¿Cuando empezamos a necesitar una tarjeta de invitación para dar un un abrazo, buenos deseos u obsequios a nuestros amigos y futuros padres? No lo se, y quizás nunca lo sepa, solo espero que algún día dejemos de agregarle un modismo a la necesidad de compartir y de celebrar.
Sostengo que cualquier momento es bueno para dar regalos a las amistades que amamos, mas aún si a su familia se suma un miembro más, aseguro que durante el parto o la crianza de los hijos ningún regalo material se equipara al apoyo y las enseñanzas que han de brindarse con autenticidad, esmero y consideración.
Mientras escribo esto, estoy pensando qué podrá necesitar mi próxima sobrina después que nazca, y me preparo para darle con humildad un obsequio que de seguro no representa la alegría que me producirá ver su sonrisa de vez en cuando.
P.D: Los datos sobre mitología griega no son verificables.
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