Tarde se sentó a describir letra por letra lo que ese día caluroso creyó recordar con exactitud, nunca fue buena para atesorar recuerdos, nunca fue bue buena para describir situaciones, paisajes tórridos, lluviosos o melancólicos, quizás porque la melancolía siempre fue para ella tan estúpidamente real que en algún momento decidió alojarla en el rincón mas recóndito de un hemisferio cerebral. Así pues se sentó, tomo papel y lapiza y escribió: "Hoy no se porque te has ido, no se a donde te fuiste sin mediar palabras, me hago muchas preguntas y las respuestas vienen del pepe grillo que se niega a desaparecer de mi hombro izquierdo. Los momentos congelados como fotografías aun están intactos en mi recuerdo, y me gusta pensar que algún día se repetirán o las escenas tomaran vida para terminar en un día feliz, a tu lado, riendo y besándonos furtivamente como adolescentes enamorados"
Ahora sintiendo simpleza en un día simple con simples personas al rededor puedo asegurar que se sintió lo suficientemente confundida como para plasmar en letras lo que le perturbaba el corazón. No puedo saber si sus preguntas tuvieron respuestas, ni se si el personaje volvió para darle vida a sus recuerdos congelados, me gusta pensar que si.
Yo vivo mi propio momento de melancolía formal, con libertades atadas a kilómetros amargos. Si ella leyese mis preguntas quizás deje un simple comentario en esta simple entrada que me ayude a vislumbrar alguna explicación de las idas y venidas de los ortodoxos personajes de esta vida.
Todo seria mas fácil si te acercas un poco, estas letras así como todo lo que pienso es para ti... Ven, tus manos me quedan a la medida en cada rincón ¡¡Ven y toca mi corazón!!
(Un día cualquiera)
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